El viajero que quiera conocer la otra cara de Senegal, la sensación que se llevara es la de un recuerdo imborrable en su memoria.
Senegal, probablemente el destino más conocido de África y que en los últimos años a hecho crecer el turismo cultural y de viajes solidarios. Seguramente debido a la belleza de su pueblo, de su tierra, de su costa o de su música. Desde la inolvidable Dakar hasta la fértil región de Cassamance, con sus campos de cultivo, Senegal es una tierra que rebosa fuerza y vitalidad. No es menos cierto que la gran mayoría de turistas que llegan a Senegal lo hacen atraídos por paquetes turísticos y de bajo coste en viajes organizados utilizando la costa atlántica como reclamo, pero, mucho más cierto es, que si la ruta de viaje esta bien diseñada huyendo de estas zonas más conocidas, el viajero que quiera conocer la otra cara de Senegal, la sensación que se llevara es la de un recuerdo imborrable en su memoria.
Como grandes ejemplos de todo ello podemos encontrar el país Bassari con sus casas de adobe y chozas de tejado cónico, el lago Rosa con sus barcas varadas en la orilla, los baobabs como mítico árbol del continente africano, las ceibas de hasta 23mtrs de altura y, todo ello con la presencia de las etnias mayoritarias como son los wólof, los peul y los pastores nómadas practicando, todos ellos sus ceremonias ancestrales, arraigadas a la tierra y anteriores a la llegada del cristianismo y del islam.