El viajero que quiera conocer la otra cara de Senegal, la recompensa que se llevará es la de un recuerdo imborrable en su memoria.
Senegal, probablemente el destino más conocido de África y que en los últimos años ha hecho crecer el turismo cultural y de viajes solidarios. Seguramente debido a la belleza de su pueblo, de su tierra, de su costa o de su música. Desde la inolvidable Dakar hasta la fértil región de Cassamance, con sus campos de cultivo de arroz, Senegal es una tierra que rebosa fuerza y vitalidad.
No es menos cierto que la gran mayoría de turistas que llegan hasta aquí para hacer un viaje por Senegal, lo hacen atraídos por paquetes turísticos y de bajo coste en viajes organizados utilizando la costa atlántica como reclamo, pero, mucho más cierto es, que si la ruta de viaje está bien diseñada, huyendo de estas zonas más conocidas, el viajero que quiera conocer la otra cara de Senegal, la recompensa que se llevara es la de un recuerdo imborrable en su memoria.
Como grandes ejemplos de todo ello podemos encontrar el país Bassari con sus casas de adobe y chozas de tejado cónico en la única cordillera del país, el lago Rosa con sus barcas varadas en la orilla, los baobabs como mítico árbol del continente africano y actor protagonista de 1001 leyendas y cuentos africanos, las ceibas de hasta 23 metros de altura, la isla de Gorée Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1978, Sant Louis conocida por su arquitectura colonial, y los pueblos Fulani los pueblos nómadas también llamados Peul. El entrelazado de islas, conchas y pescadores Serers en el delta del Sine Saloum y los bosques diolas animistas y arrozales en el delta del Cassamance. Y, todo ello con la presencia de las otras etnias mayoritarias como son los Wólof y los pastores nómadas practicando todos ellos, sus ceremonias ancestrales arraigadas a la tierra y anteriores a la llegada del cristianismo y del islam.
Senegal ofrece todo de tipo de viajes. Viajes en familia, viajes en grupo, viajes de turismo responsable, viajes culturales, etc.; y lo hace de forma especial de noviembre a mayo, durante la temporada seca, sin duda la mejor época para viajar a Senegal. De junio a octubre las lluvias son frecuentes, pero decir que no son buenas fechas iría en contra de lo que los mismos senegaleses opinan y sienten, ya que, para ellos, la temporada de lluvias es imprescindible a la vez que hermosa y de culto y tradición.