Los Maoríes llegaron de la Polinesia y se establecieron en Nueva Zelanda y la colonización británica debilitó su fuerza y su espíritu.
Dos grandes islas forman este gran país de Oceanía que tanto amamos en TERRES LLunyanes. Es el sueño de todo gran viajero es pasar una larga temporada y viajar a Nueva Zelanda. Un país de naturaleza en estado puro que tiene tantas historias de su pasado a explicarnos, actividades ofrecernos, mil y un paisajes para disfrutar rodeados de fauna y flora y ciudades que florecen hacia el futuro.
Antiguamente este país estuvo poblado por nativos de la Polinesia, y de aquí se convirtió en el pueblo Maorí, con su propia cultura y tradición. Pronto los barcos balleneros de los posibles colonizadores de muchos países iban llegando y luchaban contra los poblados nativos hasta llegar a ser colonizados por los británicos. Una larga historia que contar hasta la actualidad.
Viajar por Nueva Zelanda en la modalidad de viajes fly & drive o viajar en autocaravana es lo más parecido a pisar tierra virgen. Los auténticos decorados de este país se pueden oler, tocar, sobrevolar, navegar y caminar. Infinidad de fiordos, glaciares, playas desiertas, selvas tropicales, géiseres y volcanes conviven en estas tierras lejanas ocupadas por habitantes maoríes de gran amabilidad. Un lugar fantástico y único en el que el viajero podrá sentir de cerca la libertad inmerso en la contemplación del paisaje y se podrá adentrar en la cultura y tradiciones locales. También podremos optar por un viaje en grupo por Nueva Zelanda acompañados por uno de nuestros guías expertos de TERRES Llunyanes.
En todos nuestros viajes a Nueva Zelanda nos adentraremos hacia las tierras de estas dos islas bien diferenciadas entre ellas.
En la isla Norte recorreremos lugares como los increíbles paisajes del Parque Nacional Fiorland Mildford, la ciudad con más actividad geotérmica y cultura maorí en la zona de Bay of Plenty es Rotorua o el primer parque de Nueva Zelanda llamado Parque Nacional Tangariro más parecido a un desierto y con volcanes activos. Wellington, en el extremo sur de la Isla Norte es la capital de este amable país. Una pequeña ciudad que abre bien las puertas al viajero para compartir su cultura, arte, deportes de aventura y largas caminatas como el “City to Sea”.
En la isla Sur empiezas a descubrir en la zona norte un gran mundo de islas con caletas y playas llamado Bay of Islands. Desde Paihia parten todos los barcos y ferris a diferentes islas, se navega en kayak y se sale para observar delfines o nadar con ellos. Kaikoura en la costa este de la isla sur es también el lugar perfecto para la observación de ballenas, delfines, focas y albatros. Podemos acceder al parque nacional más pequeño del país, Parque Nacional Abel Tasman cuyo nombre da honor al primer explorador europeo que descubrió Nueva Zelanda. Un lugar muy soñado para los amantes del montañismo y de las buenas playas.
No podemos perder la oportunidad de ir a pie al glaciar Franz Josef y sobrevolar la inmensidad del campo de hielo en helicóptero. El Parque Nacional Aoraki Mount Cook es Patrimonio Mundial de la UNESCO alberga los glaciares más grandes y las montañas más altas como el Monte Cook que podrás ver si realizas la caminata del sendero Hooker Valley.
Finalizar en Christchurch es mezclar cultura contemporánea con historia antigua y probar exquisitos platos de la cocina maorí.
.