Cerrado el mundo exterior hasta hace poco Myanmar comienza, poco a poco, a abrirse a los viajeros dispuestos a recorrer un el secreto mejor guardado de Asia.
Myanmar se extiende desde el Himalaya, hasta el golfo de Bengala, cuyo litoral está dominado por la cordillera de Arakan. Es un país con un gran relieve montañoso, con alturas de hasta 5.967 metros, con su pico más alto, el Hkakabo Razi los Gaoligong. Posee una gran cantidad de ríos, Chindwin, Ayeyarwady, Sittang y Saluén, que nutren a sus habitantes de la vida y fauna necesaria para sus inalterables vidas. Pero, sin lugar a dudas, su río madre es el Mekong. Todo gira a su entorno, tanto a nivel natural, como cultural y religioso.
Myanmar es el último confín. Debido a su reciente y problemático pasado se ha mantenido alejado al turismo. Poco a poco, sin embargo, Myanmar comienza a abrirse al mundo exterior ofreciendo a los viajeros un tesoro asiático con muy poca influencia exterior.
Un viaje por Myanmar, la antigua Birmania, es un viaje a lugares sagrados y naturaleza, etnias y mercados locales. Dejaros seducir por Mandalay, con su curioso y único en el mundo puente de teka. Caminar entre los restos arquitectónicos de la antigua civilización de Bagan. Navegar por el mágico lago Inle, uno de los lugares más bellos de todo el continente, y convivir con comunidades como los Danu, los Pa-Oh y Taung Yoe, uno de los grupos étnicos más aislados y pequeños del país.
El país es la mezcla de culturas birmanas, chinas, indias y tailandesas que se reflejan en su idioma, gastronomía, arte y religiones. Y es que si algún lugar del sudeste asiático representa la última frontera, este es Myanmar.
Sin duda, uno de los mejores lugares para viajar, ya sea en viajes alternativos, viajes organizados, viajes en familia o luna de miel. Es el secreto mejor guardado de los viajes por Asia es Myanmar.