Madeira un pequeño y tranquilo archipiélago atlántico con acantilados salvajes y vegetación exótica que espera a ser recorrido siguiendo la pista de sus famosa «Levadas».
Madeira, la Región Autónoma de Madeira, es un pequeño, silencioso y tranquilo archipiélago del atlántico lleno de sorpresas, formado por dos islas habitadas Madeira y Porto Santo y tres islas menores no habitadas. Desde el aire, antes de aterrizar, uno se hace una idea de lo que le espera. A vista de pájaro la isla portuguesa nos cautiva con montañas densas y verdes que descienden al mar, con casitas blancas levantadas en el verde escarpado y con sus salvajes acantilados.
Las razones para visitar Madeira son muy extensas, su entorno y belleza natural son su principal atractivo. Para conocerla, suba a la cima de una montaña y disfrute de sus fantásticas vistas que cortan la respiración. Recorra caminos y senderos repletos de exótica vegetación, visite sus monumentos históricos, aprecie su naturaleza en la Fiesta de la Flor o sencillamente saboree su vino, pescado y marisco y fruta tropical.
Paisajes espectaculares, excelentes temperaturas todo el año, flora y fauna en abundancia y senderos para excelentes viajes a pie de todos los niveles dónde podremos observar las famosas «levadas», que son canales centenarios de riegos construidos por el pueblo madeirense hace cientos de años. Casi 1.400 km de «levadas» listas para ser exploradas esconden paisajes que cortan la respiración, pero Madeira es más. Descubra Funchal, su capital, con un casco histórico enmarcado por la catedral, el Mercado de los Labradores y paseos que descubren los vestigios de la influencia británica. Visite Monte y disfrute de los jardines tropicales y como no, deslícese hasta Funchal en el típico carro de cesto.