Dicen que en Madagascar viven: lémures, camaleones, baobabs, aloes, salamanquesas, hojas goteantes, bestias saltarinas y criaturas extrañas como recién salidas todas de un cuento infantil y… todo ello es cierto.
Es prácticamente imposible encontrar a alguien que cuando piensa en realizar un viaje a Madagascar no lo haga con su imaginación puesta en la famosa avenida de los Baobabs, viéndose disfrutar con la caída del sol en ese mágico lugar. Es cierto, Madagascar es la tierra del baobab y ese mítico árbol nos empequeñece siempre que estamos frente a el y nos lleva a revivir, cuentos y leyendas. Pero ese pedazo de tierra que se separó de África hace 165 millones de años y que es casi tan grande como Francia, es el hogar de increíbles criaturas que a diferencia de las que viven en la también gigantesca isla de Australia, donde la naturaleza eligió concentrar a las criaturas más venenosas del planeta, en Madagascar las criaturas adoptaron la estrategia de camuflarse y huir.
Los que también se han ido adaptando a los cambios que la isla ha sufrido con el paso del tiempo son los 18 grupos étnicos que viven cada uno de ellos con sus propias culturas y tradiciones.
Cuando a nuestra mente nos vienen ideales de viajes por África, nos vienen nombres más conocidos, así como cuando pensamos en realizar vacaciones en familia o viajes de aventura, no pensamos en este lugar. Grave error. Empezando por la misma Antananarivo y viajando hacia el sur, lugares como la tierra de los Zafimaniry, la reserva de Anja, Ranomafana, el tren de la selva, el canal de Pangalanes, el parque nacional de Isalo o, las playas de Ifaty son argumentos más que suficientes para dedicar un viaje a Madagascar. Y estamos hablando exclusivamente del sur de la isla. Si le sumamos Bekopaka, el distrito de Belo sur Tsiribihina o, los grandes Tsingys de Bemaraha en el oeste de la isla más, las playas de Nosy Tsarabanjina, la isla de Sainte Marie o Nosy Iranja en el norte; la gran diversidad de opciones de viaje, llegan a ser infinitas.
Se dice que en la tierra de Madagascar viven: lémures, camaleones, baobabs, aloes, salamanquesas, hojas goteantes, bestias saltarinas y criaturas extrañas como recién salidas todas de un cuento infantil. Si, todo esto es cierto y lo es porque la madre naturaleza brindó en su día a esta tierra, un ecosistema único en nuestro planeta. No en vano Madagascar es el territorio que recoge las esencias de los dos grandes continentes, el asiático y el africano. Por supuesto, el viajero que llega a Madagascar también notará que está en una isla tropical, y deseará adentrarse en sus aguas transparentes para disfrutar de los arrecifes de coral.