Letonia, una pequeña joya con grandes bosques, extensas llanuras, miles de ríos y grandes lagos; con antiguas tradiciones y gran historia y con un gran patrimonio cultural y arquitectónico a orillas del Mar Báltico.
Plantearse un viaje a Letonia es estar dispuesto a recorrer en un Fly and Drive, un viaje organizado o en familia un país prácticamente llano y que en muy pocos lugares supera los 100 metros sobre el nivel del mar. Siendo su punto más alto la colina Gaizina, situada a pocos kilómetros de la ciudad de Madona, con sus 311 metros.
La mayor parte del territorio son extensas llanuras, páramos y pantanos extremadamente fértiles y casi el 50% del país está formado por bosques coníferos. Todo plagado de miles de ríos y riachuelos, infinidad de lagos que deben su origen al deshielo y con una costa inmensa de más de 500 km.
Si la pregunta es ¿Qué hacer en Letonia? Las respuestas son infinitas, pero un buen comienzo pude ser la capital, Riga, la capital más grande de las Repúblicas Bálticas. Situada en el centro del golfo de Riga y a orillas del río Daugava que la atraviesa por la mitad y por el cual se puede hacer una bonita travesía en barco. El Vecrïga, que es como se conoce a su casco antiguo, está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde destacan sus construcciones de madera, sus edificios modernistas, su arquitectura art nouveau, con muestras de la mayoría de estilos arquitectónicos como gótico, renacentista, barroco, clásico, jugendstil… La catedral gótica conocida como el Domo es una de las imágenes más vistas de Letonia, pero también hay que visitar el Mercado Central, la Torre del Arsenal, el Teatro Nacional… entre otros muchos.
La ciudad de Jürmala, conocida como la playa de Riga, es el lugar de veraneo por excelencia de los Países Bálticos. Con sus mansiones tradicionales de madera, más de 3.500, su playa de más de 33 km de arena blanca y sus balnearios de aguas minerales la convierten en un lugar muy atractivo para visitar.
El Palacio de Jelgava, que es el palacio barroco más grande de los Países Balticos, construido por los Duques de Curlandia fue su residencia oficial, y el Palacio de Rundale, cerca de la frontera con Lituania, otro palacio barroco fue su residencia de verano.
El Parque Natural del Gauja el más grande y antiguo de Letonia, se extiende por el cauce del río Gauja, y posee una riqueza natural muy variada con lugares tan espectaculares como la inmensa Cueva de Gutman la más grande del Báltico, sus inmensos acantilados de arenisca, el montículo Zllaiskalns cubierto de árboles y en primavera plagado de anémonas blancas y azules o la roca Sietiniezis una formación rocosa espectacular entre otros.
En la zona del parque no hay que perderse la población de Sigulda con numerosos monumentos entre los que destacan el Castillo Medieval de Sigulda y el Castillo Nuevo de Sigulda. Y en la otra orilla del río Gauja el imponente Castillo de Turaida que destaca por el rojo de los ladrillos con los que está construido, dónde no hay que dejar de visitar la tumba de Maija, conocida como la Rosa de Turaida y dejarse llevar al medievo descubriendo su leyenda.
Y esto es solo una pequeña muestra de todo lo que puede ofrecernos Letonia y de lo que podremos encontrar en las propuestas de los viajes a medida y viajes en grupo que des de TERRES Llunyanes os proponemos.
