Escondida en los Balcanes encontramos uno de los secretos mejor guardados de Europa, un territorio fascinante donde vivir una gran aventura. Sorprendentes montañas, playas mediterráneas y ciudades otomanas os esperan en un viaje a Albania, un destino ideal para los amantes del turismo activo.
Dormida en el tiempo Albania poco a poco comienza a despertar después de décadas de aislamiento. Hermética y aislada ha forjado un carácter propio, diferenciado de sus vecinos balcánicos, una herencia que, acompañada de los tesoros naturales y culturales escondidos a lo largo de su territorio, convierten esta gran desconocida en uno de los mejores destinos de Europa donde disfrutar de un viaje activo.
Las ganas de descubrir nuevos territorios, donde no ha llegado el turismo de masas, donde las comodidades no son una prioridad y donde todavía se pueden vivir grandes aventuras son la prioridad de TERRES Llunyanes, especialistas en viajes alternativos y de aventura con más de veinte años de experiencia. Es por esta razón que os animamos viajar a Albania, ya sea en un viaje en grupo con guía Terres o bien en un viaje a medida, la joya escondida de Europa será la mejor opción para unas vacaciones diferentes muy cerca de casa.
Conocer Albania es adentrarse por sinuosas carreteras hacia los Alpes Dináricos donde majestuosas montañas esperan los amantes del senderismo y el trekking. Playas de arena blanca y aguas turquesas serán el lugar ideal donde relajarse, y es que el país cuenta con una costa salvaje y poco masificada entre los mares jónico y adriático. Pero también un mosaico cultural donde iglesias bizantinas, mezquitas y casas otomanas os transportarán al pasado del país.
Su capital Tirana es la muestra latente del despertar albanés, una ciudad que busca recuperar el tiempo perdido y cabalga entre la modernidad y la tradición. Las noches animadas noches en el barrio de Biloku contrastan con las llamadas a la oración de las diferentes mezquitas creando un ambiente animado y multicultural que se debate entre el oriente próximo y el estilo europeo.
Al sur del país, entre paisajes abruptos que transcurren entre montañas y mar, encontramos los atractivos arquitectónicos más relevantes. El pueblo otomano de Berat nos espera con su peculiar construcción de casas escalonadas que, de lejos, parecen un castillo de ventanas. Un poco más al sur Gjirokastra con su gran castillo nos mostrará una de las mejores vistas de la fértil Valle del Drin. Llegamos ahora sí, en la Rivera Albanesa donde nos sorprenderá Ksamil y el Parque Nacional de Butrinto. Naturaleza, relax y cultura se mezclan en esta región donde podremos pasear entre las ruinas griegas de Butrinto, adentrarnos en un frondoso bosque mediterráneo hasta llegar a la fuente Blue Eye o bien descansar en una de sus imponentes playas.
Pero el lugar que más llama la atención al viajero es, sin duda, el norte de Albania. Ciudades con encanto como Krujë o Shkodër son el talón de fuentes de la joya del país, un lugar de difícil acceso arraigado en el tiempo, los Alpes Albaneses. Navegar por un fiordo en el Lago Koman, caminar entre exuberantes montañas, coronar uno de sus cimas o bien hacer la fascinante travesía de Theth a Valbone son las experiencias más punzantes que nos podemos llevar de nuestra aventura por Albania.
Hay mil razones para viajar a Albania, el país de la amabilidad y la buena gastronomía. Un rincón del mundo tan especial que os enamorará a primera vista. Dejaros seducir por el encanto del tesoro de los Balcanes, un destino ideal para vivirlo casi todo el año.