Qué no debes perderte de…
Yosemite National Park
Hace 500 millones de años, un mar superficial cubría lo que ahora es la parte occidental de América del Norte, por lo que con el tiempo se fueron depositando rocas sedimentarias. Hace casi 120 millones de años, colisionaron la Placa oceánica del pacífico con la placa continental de América del Norte. La menor densidad de la placa oceánica con respecto a la continental provocó que ésta se fuera sumergiendo bajo la otra. La fricción entre las dos placas provocó que la roca se derritiera y aumentara la actividad magmática hacia la superficie. Parte de esa roca fue expulsada a través de volcanes, mientras que otra parte se solidificó formando grandes masas graníticas. La tierra empezó entonces a inclinarse, los ríos a cambiar sus cursos y a cortar el paisaje creando barrancos profundos, y el viento erosionó las rocas sedimentarias llevándoselas y dejando al descubierto algunos bloques de granito. Finalmente hace unos 2.5 millones de años el clima de la tierra se enfrió creando glaciares, que acabaron por erosionar la roca para formar el Valle en forma de U que tanto caracteriza el paisaje de Yosemite.
El Parque de Yosemite, situado entre picos de la Sierra Nevada, al este de California, es un lugar inigualable. Inicialmente se creó como reserva y posteriormente fue reconvertido en parque nacional en 1890. Es famoso por sus cascadas y sus grandes laderas de granito, pero en sus 3.108 km2 se esconden muchas pronunciadas sorpresas, en él descubriremos además, valles profundos, prados, bosques de secuoyas gigantes, una extensa selva y ecosistemas alpinos.
El parque está recorrido por más de 315 km de caminos que permiten llegar a diversos puntos en coche o en omnibus, aunque no podemos dejar de recomendar alguna caminata por los senderos del parque para así, disfrutar de toda su belleza natural.
Qué no debes perderte si vistas Yosemite
1.- El Valle de Yosemite
El valle de Yosemite, muchas veces llamado como la “grandiosa catedral de la naturaleza” es una maravilla natural enmarcada por caídas de agua. Se trata de un valle espectacular tallado por glaciares de 1.220 m. de profundidad, bordeado por grandes acantilados, rocas graníticas, prados y cascadas. Su forma fue definida por los glaciares alpinos que se abrieron paso por el cañón del Río Merced durante la era glaciar. El hielo fue arrastrando el granito más blando, ensanchando de esa manera el cañón y creando una profunda herida pero dejando roca más dura, la cual perduró en forma de los macizos graníticos como El Capitán o Cathedral Rocks.
Cuando el clima cambió y los glaciares fueron retrocediendo, un lago de poca profundidad ocupó el nuevo valle. Más tarde los depósitos de sedimentos fueron llenando este prehistórico lago y creando el que a día de hoy es el fondo del valle.
Sin duda, es un lugar increíble para disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor.
2.- Glacier Point
Glacier point es el mirador donde se encuentra un acantilado imponente de 2.199 m. y que ofrece una visión impresionante del Valle de Yosemite. Desde uno de los lados es posible ver la dramática y espectacular caída de agua de la Cascada Yosemite, el Half Dome, la Cascada Vernal, la Cascada nevada y el Clouds Rest. Hay senderos que te llevan desde el mirador a otros puntos panorámicos espectaculares del valle. En verano es posible conducir hasta Glacier Point, a tan sólo 1 hora del Valle de Yosemite, pero en invierno la ruta permanece cerrada.
3.- Cascadas y Firefalls
Yosemite cuenta con 3 de las 20 cascadas más altas del mundo. Se trata de la Yosemite Falls, Sentinel Fall y Ribbon Fall.
La primera, Yosemite Falls, es la cascada más alta de América del Norte con una altura de 729 m. Por suerte, hay unas vistas impresionantes de la caída a la que se accede tras una caminata fácil de no más de 1,6 km.
Otras cascadas que merecen la pena ser visitadas son las Vernal y Nevada, a las cuales se accede tras una caminata algo más exigente y ascendiendo por escalones de granito. Las cascadas Bridalveil de 189 m. te permiten ver la caída desde debajo, y en el lado sur, no podemos olvidar las Chilnualna.
Cuando la nieve se está derritiendo, el cielo está despejado y la puesta de sol se acerca, se produce un fenómeno alucinante llamado Firefall, la cascada de fuego, y es que realmente parece que el agua se transforme en ardientes llamas. Los rayos de sol son captados por la niebla creando una ilusión óptica de imágenes deslumbrante que puede durar hasta 10 minutos y que sólo se produce durante unas tres semanas al año.
4.- Tuolumne meadows y las tierras altas
Algunos de los escenarios más bonitos son los que ofrecen Tuolumne Meadows y las Tierras Altas. Esta es quizás una de las regiones más fotografiadas del parque. La pradera a 2.627 m de altura se extiende a lo largo del río Tuolumne, y es rodeada por senderos, lagos alpinos, cascadas descomunales y altas cúpulas de granito.
5.- Los bosques de Secuoyas
Hay tres bosques de secuoyas en Yosemite. El Mariposa Grove el Tuolune Grove y el Merced Grove. Mariposa Grove es el mayor de todos, situado cerca de la entrada sur del parque, los otros dos, en cambio, están al noreste del valle, cerca de Crane Flat.
La visita a cualquier de estos bosques resulta impresionante. El tamaño de estos árboles gigante es inigualable. Muchos de ellos tienen más de 1.000 años. Su longevidad está causada porque han sido capaces de sobrevivir a las múltiples amenazas que hubieran acabado con ellos. Su fortaleza impide que el viento las tumbe, su madera y corteza son resistentes al fuego, los ácidos tánicos y otras sustancias químicas que bañan el duramen y la corteza las protegen de los hongos e incluso sus semillas salen beneficiadas tras los incendios, ya que las piñas que las contienen se abren liberándolas y permitiendo que germinen en un suelo lleno de cenizas.
6.- Wawona
Situado en la entrada sur de Yosemite, Wawona era un antiguo emplazamiento indio que más tarde se convertiría en una pequeña comunidad. En ella se encuentra el histórico Big Tree Lodge (anteriormente conocido como el wawona hotel) construido por los hermanos Washburn en 1857, así como el Pioneer Yosemite History Center.
Desde Wawona es posible acceder a las piscinas naturales que se encuentran por la zona, llegar hasta las cascada Chilnualna o visitar el mariposa Grove con sus imponente Secuoyas.
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